Yo relaciono la palabra autocontrol con: saber frenar ante adicciones, personas o conductas que nos perjudican, conocer nuestros límites y saber decir no; reconocer nuestras emociones y pensamientos para decidir mejor… Tener control sobre nosotros mismos no significa dejar de correr riesgos, de probar, de movernos, de afrontar nuevos retos.

Te paso un vídeo que te puede ayudar en este tema:

Si somos capaces de frenar, reflexionar y decidir:

• Afrontaremos mejor los momentos de estrés, la confusión o el conflicto. Cualquier emoción será bienvenida y tenida en cuenta para decidir.
• Nos conoceremos mejor y esto generará una autoestima equilibrada.
• Reconoceremos mejor las emociones, sentimientos de las personas con las que nos relacionamos. Esto facilitará nuestras habilidades de comunicación.
• Aumentará nuestro nivel de percepción, atención y concentración, con lo cual los buenos resultados en cualquier cosa que realicemos será alta: estudios, trabajo, empresa…

El autocontrol es una capacidad que podemos entrenar. ¿Pero cómo?

Resumo los pasos:

1. Ser consciente. Reconocer aquellas personas, conductas o hábitos, pensamientos, sentimientos que nos perjudican, que nos impiden realizarnos y conseguir nuestros objetivos. Es todo un reto, porque solemos actuar la mayor parte del tiempo de forma inconsciente, automática.
2. Seleccionar algunas de estas situaciones que queremos controlar. Analizar en qué nos beneficia y nos perjudica e incluso porqué continuamos cayendo en la tentación de repetirla. ¿Qué, quién, como, por qué perdemos el control?
3. Crear un antídoto: Puede ser una piedra en el bolsillo que nos recuerde nuestro compromiso, la imagen de una persona o un lugar, una frase motivadora creada por nosotros mismos. Nuestra voluntad se prestará a trabajar a nuestro favor si la motivamos. Cada persona encontrará modos diferentes de conseguirlo.

Mi experiencia es que una vez DESENMASCARADA la tentación (conducta, persona, pensamiento destructivo) se abre una gran puerta, una oportunidad para controlarla.

Y para ello es cuestión de estar consciente. De nuevo los ejercicios de atención plena o mindfulness son esenciales.

Te paso algunos ANTIDOTOS ocurrentes que me han ayudado:

• Dar una palmada cuando descubro que estoy “cayendo en la tentación”, “perdiendo el control”. Tararear una canción, recitar un estribillo o poema breve. La clave está en parar, distraer la mente para que se vuelva a centrar en lo que quiero conseguir.
• Dibujar en la mente un STOP, una señal de tráfico de prohibido, una carretera cortada. Algo que haga a mi mente recordar que no voy por buen camino; que tengo que decidir una nueva ruta, reconducirme según mí plan.
• Tocar una piedra pequeña, bellota o almendra que llevo en el bolso o bolsillo, cuerda o cinta. Hay miles de objetos que me pueden ayudar. Llegará un momento que no lo necesitaré. Se trata de crear estrategias fáciles y prácticas para conseguir ejercer autocontrol.
• Frases que salten a la mente con fuerza. Sobre todo en el caso de los pensamientos o sentimientos destructivos. Por ejemplo, si en mi mente se enciende el pensamiento: “siempre soy un desastre preparando los exámenes, tarde, sin tiempo… (Reacciono antes de que se desencadene un torrente de pensamientos negativos)” y hago que mi frase antídoto salga al escenario de la mente: “algunas veces he sido un desastre; pero en otras ocasiones me he organizado bien”. Las frases antídoto tienen que ser realista, adaptadas a mi lenguaje, comprobables por mi mente. Las puedo escribir y tenerlas en lugares visibles.

¿QUIERES SER LIBRE? Pues se consciente de tu vida, para y TOMA DECISIONES.

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